domingo, 2 de junio de 2019

"LIBROS DE AVENTURAS DE JULIO VERNE"


 La Vuelta al Mundo en 80 Días, del autor Julio Verne 
Autor: Julio Verne
Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales
Idioma: Español

Resumen:

En 1872, Phileas Fogg, un rico caballero londinense obsesionado por la puntualidad y la exactitud, realiza una apuesta donde pone en juego la mitad de su fortuna.
Acompañado por Rigodon, su atlético y espontáneo mayordomo, se va de Londres para dar comienzo a una increíble carrera contra reloj: dispone de 80 días para dar una vuelta al mundo ya sea por aire, por mar o por tierra.
Los dos protagonistas serán retrasados en su proyecto por el inspector Fix, que relaciona el hecho de la repentina partida de Fogg, con el robo del Banco de Inglaterra y lo persigue convencido que fue el autor del delito.
Esta es una de las más notables y divertidas aventuras surgidas de la pluma de del fantástico Julio Verne.
Si bien Verne es considerado uno de los padres de la ciencia ficción y la especulación científica y la anticipación de inventos que aparecerán posteriormente a su época son algunas de las características más destacadas de su obra, en este caso priman la acción y el intento de demostrar que la audacia puede superar a todas las fronteras.


    


















 Leguas de Viaje Submarino, del autor Julio Verne

20.000 Leguas de Viaje Submarino

Autor: Julio Verne
Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales / Ciencia Ficción
Idioma: Español

Resumen:

En la segunda mitad del siglo XIX, la desaparición de numerosos barcos sin una explicación clara hace que navegar los mares ya no sea seguro. Los datos señalan a un monstruo marino, mas grande que una ballena, dotado de una gran velocidad, potencia y que se torna, a veces, fosforescente.
Una expedición que incluye al profesor Arronax, un naturalista, saldrá a la mar a intentar develar el misterio. Pero pronto serán atacados por la bestia y los sobrevivientes serán testigos de algo que no creerían si no lo vieran con sus propios ojos.
A bordo de la incomparable embarcación submarina del particular capitán Nemo, podrán ver escenarios vedados a la mirada humana y los prodigios naturales que pueblan los abismos marinos.
En 20.000 Leguas de Viaje Submarino, Julio Verne hace gala, una vez más, de su capacidad para adelantarse a los desarrollos científicos y con su inacabable imaginación y sus magníficas descripciones nos transportan a otro de sus mundos de aventuras.


 











       



Alrededor de la Luna, del autor Julio Verne



Autor: Julio Verne

Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales / Ciencia Ficción

Idioma: Español

Resumen:


Este viaje Alrededor de la Luna, continuación del relato titulado De la Tierra a la Luna, es la prolongación novelada del Verne que sabe combinar, con el artificio del narrador vigoroso, los mitos lunares imaginados por el hombre desde los inicios de la humanidad con los conocimientos científicos del siglo XIX. Esa mezcla, ese tejido de fantasía y conocimientos, es lo que constituye el aporte original de Verne, que funda el género de una ciencia-ficción que la realidad se encargó de confirmar en gran parte. Con el paso del siglo XX, la realidad científica lo mudó de autor de fantasías desbocadas en profeta del futuro tecnológico.

En el año 1865, el Gun-Club de la ciudad de Baltimore decide emprender un fabuloso proyecto: alcanzar la Luna a través de un gigantesco cañón. El experimento cambio de rumbo cuando tres valientes aventureros se ofrecen para viajar en el interior del proyectil, que será acondicionado como vagón...

En un relato apasionante, el lector va siguiendo los temores, alegrías y peripecias de los viajeros, hasta llegar a un feliz desenlace; y, al mismo tiempo, va observando muy de cerca la Luna por medio de las descripciones de los protagonistas.

     










Cinco Semanas En Globo, del autor Julio Verne

Autor: Julio Verne

Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales

Idioma: Español

Resumen:


Este relato ostenta el orgullo de ser la primera obra del ciclo que el propio Julio Verne tituló "Viajes extraordinarios" y reúne ya la mayor parte de los elementos que han hecho de su autor un clásico indiscutible. Cuando Verne acabó "Cinco semanas en globo" (1862) era muy conciente de haber creado "una novela de una forma nueva".

En la presente novela se aspira, indeleble, el aroma de la aventura, del descubrimiento de lo exótico y lo desconocido, de los espacios inexplorados donde la sorpresa aún es posible.

"El 15 de enero de 1862, el prestigioso diario británico Daily Telegraph se hacía eco de la siguiente noticia: 'Desde que el doctor Barth siguiera hasta el Sudán el camino trazado por Clapperton y Denham, o Livingstone viajara desde el cabo de Buena Esperanza hasta la cuenca del Zambeze, y los capitanes Burton y Speke, con el descubrimiento de los Grandes Lagos del interior, abrieran nuevas rutas a la moderna civilización, ninguna hazaña semejante había sido llevada a cabo.' "

El doctor Fergusson, un valiente explorador inglés, y dos compañeros, se lanzan a la aventura de un arriesgado viaje en globo. Fergusson propone atravesar África de Este a Oeste, para de paso, acrecentar los conocimientos sobre el continente negro.

Saben que se enfrentarán a un sinfín de peligros y dificultades, pero su amor a la ciencia y su férreo temple les ayudarán a sortearlos.

    



















De la Tierra a la Luna, del autor Julio Verne


Autor: Julio Verne

Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales / Ciencia Ficción

Idioma: Español

Resumen:


Publicada en 1865, esta obra clave en la bibliografía de Julio Verne, introduce al lector en el mundo de la pasión y la admiración por al ciencia. Es una de sus novelas más conocidas y también es un ejemplo típico del tejido de fantasía y conocimientos que convirtieron a Verne en el fundador de una ciencia-ficción que la realidad se encargó de confirmar en gran parte.

Tras el término de la Guerra de Secesión, varios miembros del Gun-Club (dedicado a la confección de armas de guerra) se encuentran sin trabajo y se ponen manos a la obra con la construcción del mayor cañón del mundo jamás creado.

Pero también quieren apuntar a la Luna, destruirla, por supuesto, y conseguir así la popularidad y disfrutar de la gloria de ser los padres del ingenio.

Pero un arriesgado aventurero los disuade de lo contrario: propone cambiar la bala de cañón por un proyectil cilíndrico hueco donde puedan viajar algunos hombres. La idea es aceptada con gran revuelo y los hombres se preparan para el viaje.

Un relato lleno de trepidantes episodios con las aventuras y desventuras de los tres protagonistas en el viaje a la Luna, la estancia y los descubrimientos que allí llevan a cabo.

"Una detonación espantosa, inaudita, sobrehumana, de la que no hay estruendo alguno que pueda dar la más débil idea, ni los estadillos del rayo, ni el estrépito de las erupciones, se produjo instantáneamente.

Un haz inmenso de fuego salió de las entrañas de la Tierra, como de un cráter. ...el suelo se levantó y apenas hubo uno que otro espectador que pudiera entrever un instante el proyectil hendiendo victoriosamente el aire en medio de inflamados vapores..."













    

Viaje al Centro de la Tierra, del autor Julio Verne



Autor: Julio Verne


Género: Aventuras / Ficción y Literatura / Clásicos Universales / Ciencia Ficción

Idioma: Español

Resumen:


Un antiquísimo manuscrito encontrado por el profesor Lidenbrock prueba que es posible viajar a las entrañas de la Tierra. El sabio se pone en marcha de inmediato junto con su sobrino Axel y el guía Hans.

Un mundo ignoto y misterioso se abre ante los ojos de los intrépidos viajeros, que arriesgan su vida en la empresa.

La fértil imaginación de Julio Verne encuentra en estos territorios inexplorados el campo ideal para las más fantásticas aventuras. El resultado es un libro vivo y apasionante.

La trama es ágil, sorprendente, inesperada, y mantiene su interés hasta la última página. Julio Verne ha desplegado aquí su poderosa imaginación en una obra que, un siglo después, conserva su arte inimitable para despertar la curiosidad del lector.

     





    













LEYENDAS DE GUATEMALA


El sombrerón 


El sombrerón recorre los portales... En aquel apartado rincón del mundo, tierra prometida a una Reina por un Navegante loco, la mano religiosa había construido el más hermoso templo al lado de la divinidades que en cercanas horas fueran testigo de la idolatría del hombre—el pecado más abominable a los ojos de Dios—, y al abrigo de los tiempo de montañas y volcanes detenían con sus inmensas moles.

Los religiosos encargados del culto, corderos de corazón de león, por flaqueza humana, sed de conocimientos, vanidad ante un mundo nuevo o solicitud hacia la tradición espiritual que acarreaban navegantes y clérigos, se entregaron al cultivo de las bellas artes y al estudio de las ciencias y la filosofía, descuidando sus obligaciones y deberes a tal punto, que, como se sabrá el Día del juicio, olvidábanse de abrir al templo, después de llamar a misa, y de cerrarlo concluidos los oficios...

Y era de ver y era de oír y de saber las discusiones en que por días y noches se enredaban los mas eruditos, trayendo a tal ocurrencia citas de textos sagrados, los más raros y refundidos.

Y era de ver y era de oír y de saber la plácida tertulia de los poetas, el dulce arrebato de los músicos y la inaplazable labor de los pintores, todos entregados a construir mundos sobrenaturales con los recados y privilegios del arte.

Reza en viejas crónicas, entre apostillas frondosas de letra irregular, que a nada se redujo la conversación de los filósofos y los sabios; pues, ni mencionan sus nombres, para confundirles la Suprema Sabiduría les hizo oír una voz que les mandaba se ahorraran el tiempo de escribir sus obras. Conversaron un siglo sin entenderse nunca ni dar una plumada, y diz que cavilaban en tamaños errores.

De los artistas no hay mayores noticias. Nada se sabe de los músicos. En las iglesias se topan pinturas empolvadas de imágenes que se destacan en fondos pardos al pie de ventanas abiertas sobre panoramas curiosos por la novedad del cielo y el sin número de volcanes. Entre los pintores hubo imagineros y a juzgar por las esculturas de Cristos y Dolorosas que dejaron, deben haber sido tristes y españoles. Eran admirables. Los literatos componían en verso, pero de su obra sólo se conocen palabras sueltas.

Prosigamos. Mucho me he detenido en contar cuentos viejos, como dice Bernal Díaz del Castillo en "La Conquista de Nueva España", historia que escribió para contradecir a otro historiador; en suma, lo que hacen los historiadores.

Prosigamos con los monjes...

Entre los unos, sabios y filósofos, y los otros, artistas y locos, había uno a quien llamaban a secas el Monje, por su celo religioso y santo temor de Dios y porque se negaba a tomar parte en las discusiones de aquéllos en los pasatiempos de éstos, juzgándoles a todos víctimas del demonio.

El Monje vivía en oración dulces y buenos días, cuando acertó a pasar, por la calle que circunda los muros del convento, un niño jugando con una pelotita de hule.

Y sucedió...

Y sucedió, repito para tomar aliento, que por la pequeña y única ventana de su celda, en uno de los rebotes, colóse la pelotita.

El religioso, que leía la Anunciación de Nuestra Señora en un libro de antes, vio entrar el cuerpecito extraño, no sin turbarse, entrar y rebotar con agilidad midiendo piso y pared, pared y piso, hasta perder el impulso y rodar a sus pies, como un pajarito muerto. ¡Lo sobrenatural! Un escalofrío le cepilló la espalda.

El corazón le daba martillazos, como a la Virgen desustanciada en presencia del Arcángel. Poco, necesitó, sin embargo, para recobrarse y reír entre dientes de la pelotita. Sin cerrar el libro ni levantarse de su asiento, agachóse para tomarla del suelo y devolverla, y a devolverla iba cuando una alegría inexplicable le hizo cambiar de pensamiento: su contacto le produjo gozos de santo, gozos de artista, gozos de niño...

Sorprendido, sin abrir bien sus ojillos de elefante, cálidos y castos, la apretó con toda la mano, como quien hace un cariño, y la dejó caer en seguida, como quien suelta una brasa; mas la pelotita, caprichosa y coqueta, dando un rebote en el piso, devolvióse a sus manos tan ágil y tan presta que apenas si tuvo tiempo de tomarla en el aire y correr a ocultarse con ella en la esquina más oscura de la celda, como el que ha cometido un crimen.

Poco a poco se apoderaba del santo hombre un deseo loco de saltar y saltar como la pelotita. Si su primer intento había sido devolverla, ahora no pensaba en semejante cosa, palpando con los dedos complacidos su redondez de fruto, recreándose en su blancura de armiño, tentado de llevársela a los labios y estrecharla contra sus dientes manchados de tabaco; en el cielo de la boca le palpitaba un millar de estrellas. . .

—¡La Tierra debe ser esto en manos del Creador! —pensó.

No lo dijo porque en ese instante se le fue de las manos —rebotadora inquietud—, devolviéndose en el acto, con voluntad extraña, tras un salto, como una inquietud.

—¿Extraña o diabólica?...

Fruncía las cejas —brochas en las que la atención riega dentífrico invisible—y, tras vanos temores, reconciliábase con la pelotita, digna de él y de toda alma justa, por su afán elástico de levantarse al cielo.

Y así fue como en aquel convento, en tanto unos monjes cultivaban las Bellas Artes y otros las Ciencias y la Filosofía, el nuestro jugaba en los corredores con la pelotita.

Nubes, cielo, tamarindos. . . Ni un alma en la pereza del camino. De vez en cuando, el paso celeroso de bandadas de pericas domingueras comiéndose el silencio. El día salía de las narices de los bueyes, blanco, caliente, perfumado.

A la puerta del templo esperaba el monje, después de llamar a misa, la llegada de los feligreses jugando con la pelotita que había olvidado en la celda. ¡Tan liviana, tan ágil, tan blanca!, repetíase mentalmente. Luego, de viva voz, y entonces el eco contestaba en la iglesia, saltando como un pensamiento:

¡Tan liviana, tan ágil, tan blanca!. .. Sería una lástima perderla. Esto le apenaba, arreglándoselas para afirmar que no la perdería, que nunca le sería infiel, que con él la enterrarían. . ., tan liviana, tan ágil, tan blanca . . .

¿Y si fuese el demonio?

Una sonrisa disipaba sus temores: era menos endemoniada que el Arte, las Ciencias y la Filosofía, y, para no dejarse mal aconsejar por el miedo, tornaba a las andadas, tentando de ir a traerla, enjuagándose con ella de rebote en rebote..., tan liviana, tan ágil, tan blanca . . .

Por los caminos—aún no había calles en la ciudad trazada por un teniente para ahorcar— llegaban a la iglesia hombres y mujeres ataviados con vistosos trajes, sin que el religioso se diera cuenta, arrobado como estaba en sus pensamientos. La iglesia era de piedras grandes; pero, en la hondura del cielo, sus torres y cúpula perdían peso, haciéndose ligeras, aliviadas, sutiles. Tenía tres puertas mayores en la entrada principal, y entre ellas, grupos de columnas salomónicas, y altares dorados, y bóvedas y pisos de un suave color azul. Los santos estaban como peces inmóviles en el acuoso resplandor del templo.

Por la atmósfera sosegada se esparcían tuteos de palomas, balidos de ganados, trotes de recuas, gritos de arrieros. Los gritos abríanse como lazos en argollas infinitas, abarcándolo todo: alas, besos, cantos. Los rebaños, al ir subiendo por las colinas, formaban caminos blancos, que al cabo se borraban. Caminos blancos, caminos móviles, caminitos de humo para jugar una pelota con un monje en la mañana azul. . .

—¡Buenos días le dé Dios, señor!

La voz de una mujer sacó al monje de sus pensamientos. Traía de la mano a un niño triste.

—¡Vengo, señor, a que, por vida suya, le eche los Evangelios a mi hijo, que desde hace días está llora que llora, desde que perdió aquí, al costado del convento, una pelota que, ha de saber su merced, los vecinos aseguraban era la imagen del demonio...

(... tan liviana, tan ágil, tan blanca. . .)

El monje se detuvo de la puerta para no caer del susto, y, dando la espalda a la madre y al niño, escapó hacia su celda, sin decir palabra, con los ojos nublados y los brazos en alto.

Llegar allí y despedir la pelotita, todo fue uno.

—¡Lejos de mí, Satán! ¡Lejos de mí, Satán!

La pelota cayó fuera del convento—fiesta de brincos y rebrincos de corderillo en libertad—, y, dando su salto inusitado, abrióse como por encanto en forma de sombrero negro sobre la cabeza del niño, que corría tras ella. Era el sombrero del demonio.

Y así nace al mundo el Sombrerón.

       















El cadejo

Hubo un joven que era muy trasnochador. Se llamaba Carlos Roberto y era guardián de un terreno. Siempre que regresaba ya muy entrada la noche, encontraba un perro blanco enfrente de su puerta. Era grande y peludo, pero nunca dejaba que Carlos se le acercara. El perro al ver que él entraba a su casa se sacudía, daba vuelta y desaparecía. Y esto sucedía todas las noches que Carlos llegaba muy tarde a su casa. Un día de tantos, Carlos quiso seguirlo para verlo de cerca y de donde venía, pero nunca lo logro alcanzar.




Alguien le dijo que era El Cadejo, y que cuidaba de su mujer y sus hijos cuando el no estaba. Este es el Cadejo bueno, el que anda y cuida a las mujeres, porque el Cadejo negro es que siempre anda detrás de los hombres que están borrachos

Hace tiempo, cuando don Héctor estaba en la estudiantina de la iglesia, salía con sus amigos a dar serenatas por todas las calles. Y una de estas veces le paso algo inexplicable. Ya venían de regreso de una serenata, y durante el camino de regreso, todos los muchachos se iban quedando en calles distintas, para ir a sus casas. Ya solo quedan don Héctor y don Felipe, al pasar por el parque, se les pegó un perro negro de gran tamaño y con los ojos rojos; empezaron a caminar más rápido, pero el perro no de perdía. Ya los dos se empezaron a sentir cansados de caminar, al llegar a la casa de don Felipe, se entraron los dos y cerraron rápido la puerta, entonces aquel perro empezó a empujar la puerta con los cascos de sus patas, la mama de aquel joven salió con un crucifijo y le hizo la señal de la cruz, después de esto, el perro desapareció. Don Héctor decía que el Cadejo se los quiso llevar.


José había estado chupando con sus amigos durante todo el día, y ya entrada la noche estaba tan bolo que se quedó tirado en una calle. En horas de la madrugada, ya medio bueno, se estaba tratando de parar, cuando vio un perro negro muy lanudo que le paso la lengua por la boca. Con mucho trabajo se logro parar, y se fue como pudo se fue caminando por todas la calles; detrás de él iba el perro, que hacia ruido con sus casquitos de cabra. En el tanque de San Gaspar uno hombres quisieron robarle a José, pero el gran perro lo defendió y lo siguió hasta dejarlo en la puerta de su casa. Después de ese día el perro lo siguió durante nueve noches seguidas. Porque cuando el Cadejo, le lame la boca a uno le sigue por nueve días. Y también uno nunca más deja de tomar, por eso José se murió por bolo.













Leyenda de la Llorona

Una de las leyendas más populares de Guatemala es la leyenda de la Llorona. Se le describe como una mujer que perdió a sus hijos. Luego se convirtió en alma en pena que los busca en vano para toda la eternidad, aterrorizando con su llanto a todo el que la escucha.
Según el mito, la Llorona se aparece vestida de blanco y con el rostro cubierto por un velo. Camina de forma lenta hasta acercarse a un lugar con agua, en el cual desaparece.
En una de las versiones de la leyenda, se afirma que el nombre de dicha mujer era María. Ella pertenecía a la alta sociedad y estaba casada con un hombre adinerado y bastante mayor que ella. Además, erra costumbre de esta mujer despilfarrar las riquezas de su esposo y divertirse frecuentemente en fiestas y eventos sociales. Durante sus años de matrimonio, la pareja tuvo dos hijos.
Inesperadamente, el esposo de María falleció y la riqueza se fue terminando. Luego de vender sus pertenencias, la mujer no halló forma de seguir alimentando a sus hijos. Por lo que un día les hizo creer que los llevaría de paseo.
Al llegar al lugar que tenía planeado, arrojó a los menores a un caudaloso río en el que murieron. La mujer abandonó el lugar, pero el remordimiento la hizo regresar y tirarse también al río.
Continúa la leyenda afirmando a partir de la medianoche, su alma deambula por las calles de Guatemala llorando y gritando ¡Aaaay mis hijos! Existen quienes afirman haberla visto cerca de cualquier lugar en donde haya agua.










   








Leyenda de la Siguanaba

Una mujer vestida de blanco y largos cabellos negros que aparece por los ríos y las veredas solitarias. Se hace seguir, por los hombres que trasnochan buscando aventuras nocturnas, sin dejarse ver el rostro. Luego los pierde en los barrancos, tras haberles mostrado su cara de caballo.

La leyenda

Un hombre después de trasnochar caminando cerca de un fuente, veía el cielo las estrellas centellantes; ni siquiera había amanecido cuando vio bañándose en el agua fría de la fuente una mujer con un hermoso vestido blanco, de hermosa figura, cabello largo y negro.
El hombre le preguntó:
Que haces a esta hora bañándote, quieres que te ayude?
La hermosa mujer dejó de bañarse, y sin mostrarle el rostro le hizo una señal.
Me está llamando dijo el borrachín.
La mujer caminó hacia el cementerio y el hombre la siguió impaciente e incansablemente, cada vez que se le acercaba, la mujer se desplazaba lejos de el.
Entonces el hombre por fin la alcanzó y pudo contemplar su rostro endemoniado, parecía un caballo, ésta se abalanzó sobre el y trató de llevárselo gimiendo un grito escalofriante, enterrándole las uñas para sepultarlo en los barrancos cercanos.
Desesperadamente el hombre recogió una medallita que tenía colgada en el cuello, y empezó a orar ya que no podía escapar de la mujer.
Cuando la mujer vio la medalla lo soltó y se lanzó al barranco.
El hombre sobrevivió al ataque y llegó a su casa con sus brazos y espalda desgarrados. Su familia trató de curarlo pero el hombre contó la historia y murió a los pocos días debido a sus heridas que nunca sanaron.

















La Tatuana:

Según las leyendas de Guatemala, la historia de La Tatuana cuenta acerca de una mujer acusada de brujería, motivo por el que fue encarcelada y sometida a las leyes de la santa inquisición. Se dice que por tal acusación, la mujer se volvió loca e hizo un pacto con el diablo, quien la liberó de la cárcel y la condenó a vagar eternamente sobre un barco en los días de lluvia.

Una de las versiones de la leyenda más antiguas, afirma que en Guatemala, en la época colonial, existió una mujer joven y bella de origen mulato a la que llamaban Tatuana. Esta mujer disfrutaba de los placeres carnales y placeres de lujo, actitudes que no eran bien vistas en una sociedad como la de ese entonces.

Se acusó a la mujer de brujería y de hacer hechizos para atraer a los hombres, además de codicia y de no seguir los preceptos de la Iglesia. Todos esos motivos dieron paso a que La Tatuana fuera juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición y fue condenada a muerte.

La mujer se rehusó a confesar sus pecados antes de morir y según cuentan, la noche anterior a su ejecución pidió como última favor que le brindaran un trozo de carbón, unas velas y unas rosas blancas.
Con los implementos que pidió realizó en su celda un altar en el que hizo un hechizo, con el trozo de carbón pintó en la pared un gran barco mientras recitaba conjuros, por lo que se apareció frente a ella el demonio, quien la sacó de la celda en el barco que había pintado en la pared.
En el libro Leyendas de Guatemala de Miguel Ángel Asturias se relata que La Tatuana fue una esclava cuyo amo poseía conocimientos de magia negra e instruyó como su alumna a la misma, con el tiempo le tomó aprecio y la dejó en libertad, tatuándole con la uña un barco en el brazo, con el propósito de que a través de ese símbolo, ella pudiera escapar de cualquier peligro.
   


   


  



Leyenda del coco


El Coco, es un ser que gusta de asustar a los niños que no quieren dormir. Sus preferidos son aquellos que no obedecen o que se portan muy mal. Al Coco le gusta esconderse en los cuartos de los niños mal educados, así como también en sus armarios, en los cajones y debajo de la cama para poder asustarlos en la noche.




Hay otro tipo de Coco que aparece en las noches que no hay luna. Este pone a los niños mentirosos en una bolsa para convertirlos en jabón. Cuando un niño hace algo indebido, debe pedir disculpas y aceptar su castigo, de lo contrario recibirá la visita de "El Coco". Esa es la única manera de salvarse de este malévolo ser.



El aspecto del Coco varia en muchos lares, puede ser de forma fantasmal y con una cabeza con tres agujeros (dos para sus ojos y uno para su boca), así como también en otros lados es conocido como el Hombre del Saco (en Brasil y Cataluña), o "El pequeño Hombre (Bahamas), en Bulgaria como el terrible "Torbalan". En Noruega y Dinamarca el "Bussemanden", en Finlandia como el "Mörkö".



     






EL CERRO ENCANTADO DE LA CAMPANA




Según la tradición oral, los primeros ganaderos del pueblo llegados del oriente de Guatemala, le dieron este nombre por su configuración, o sea, por su forma de campana. Las vacas que se internaban en este cerro enloquecían, por eso, ningún vaquero se atrevía ir por ellas, de modo que, tenían que esperar a que solas retornaran. Cuenta la leyenda que a las doce del mediodía y de la noche, se oía el fuerte y sonoro repicar de una vieja campana.



Ya muy pocos la escuchan porque unos ganaderos le suplicaron a un religioso para que fuera a rezar al lugar, allá por los años distantes de 1910.En 1909, un vaquero, oriundo de Conetas, Chiapas, que había llegado a residir al pueblo legendario de Santa Ana Huista, quiso demostrar su valentía poniendo oídos sordos a los consejos, y un día se internó al cerro a arrearlas. Pasaron horas y no salía. Las vacas que habían internado salieron, más no él. Según las consejas de algunos ancianos del pueblo, el Dueño del Cerro las utilizaba para asustar a la gente. El vaquero que le acompañaba se alarmó y comenzaba a llamarle a gritos, con una voz de inmensa desesperación. El acompañante se atemorizaba de su mismo eco, ya que en ese entonces las montañas eran más frondosas. Estaba ya a punto de ir a avisar sobre lo acontecido, cuando al fin salió el desaparecido. Enmudecido. Sin pronunciar un solo acento. Borracho. Sumamente pálido.



Con la mirada extraña. Con un semblante aterrorizado. Poco tiempo tardó en pie y como árbol caduco, cayó sobre la verde grama. Su compañero no osaba tocarle para auxiliarlo. Sin ningún contacto físico, le llamaba por su nombre. Transcurrieron unos minutos, eternidad para el acompañante. El vaquero, por fin volvió en sí, y miraba fijamente a su acompañante, señalándole y diciéndole: -¿Eres el Cachudo? Si lo eres, te voy a cortar la cabeza con mi machete. Según la leyenda, en el cuerpo del interrogado se deslizaba un miedo inusitado y tan solo respondía un no con la cabeza, pues las palabras no querían hacerse escuchar, por el mismo miedo. Poco tiempo tardó el hechizo del cerro y ambos retornaron a una tranquilidad incompleta.





El vaquero, con voz entrecortada le dijo: “Cuando entré con soga en mano a arrear las vacas, sentí un ambiente extraño, cuando se me apareció un hombre feo que más parecía cabro, entendí que era el Diablo. Todo mi cuerpo se puso helado y ya no me podía mover nada. Me quedé como palo y solo pude oír cuando me dijo que para entrar a los cerros tenía que pedir permiso. Me regañó, y después desapareció. Entonces, comencé a buscar el camino y no lo encontraba: estaba perdido porque no miraba bien, y a como pude, salí”. Narra la leyenda que a partir de ese día, ya nadie se atrevió a internarse en ese cerro.

      
   












La Siguamonta

Como primera historia paso a relatarles una que le sucedió a mi madre hace ya muchos años cuando era una  niña aun. La siguamonta es un ave pequeña de hermosos plumajes con los cuales encanta a las personas haciendo que estas la persigan con la intención de atraparla, hasta que sin darse cuenta se encuentran demasiado lejos de donde comenzaron su persecución y/o en lugares peligrosos.
Después de esta breve introducción a la leyenda original que por supuesto espero contarla más detenidamente pasó a relatarles lo sucedido.
Todos los domingos la familia de mis abuelos asistía a la misa dominical a la iglesia de Fátima la cual quedaba en el pueblo de al lado, por el camino uno se tardaba alrededor de 30 min a pie puesto q no avían carros en aquel entonces y mis abuelos no disponían de los suficientes caballos para los ocho miembros  de la familia que eran..
Un domingo en la mañana mi madre salió a traer crema y queso a los ángeles, un caserío cercano pero ella se retrasó más de los esperado y regreso a su casa a las 10:30 y ya que la misa era a las 11:00, mi madre se encontró con que el resto de la familia ya había partido a la iglesia, al darse cuenta apresuro a aseares y prepararse para la misa  pero al ver por el camino normal se aria más tiempo de lo que tenía. Por lo que  decidió irse cruzando la finca que queda atrás de la casa donde pensó que se ahorraría al menos 10 minutos, ya había caminado por lo menos 15 metros cuando escucho el canto de una ave, pero no le dio importancia, unos varios pasos más adelante lo volvió a oír y entonces volteo en busca del ave cuando vio un a ver hermosa del tamaño de un gorrión, era de un azul cielo con dorado en la cabeza y una cola de un color  celeste pavo relativa mente larga para el tamaño del ave, en fin un ave hermosa la cual mi madre se acercó al poste donde estaba y el ave salto al siguiente poste, y mi madre se siguió acercando esta escena se repitió a lo largo del cerco hasta que llego a un árbol alto y se posó en la rama más baja, y mi madre empezó a subir el árbol hasta alcanzarla  pero el ave saltaba de rama en rama huyendo de ella, mi madre en su afán de atraparla subió a lo largo de todo el árbol hasta q sintió un viento helado seguido del vaivén del árbol fue en ese momento cuando se percató de que se encontraba a 20 mts del suelo, un miedo aterrador paralizo a mi madre quien tras varias horas se armó de valor y logro bajar del árbol.
Al estar en tierra noto que el cerco era más largo de lo que ella pensaba y se encontraba a más de los 15 mts de donde espeso la aterradora persecución. Al regresar a su casa la familia entre penas y angustias le preguntaban q donde estaba y por qué no había llegado a misa y mi madre les relato la historia con sumo cuidado...